[Texto general y selección de comentarios críticos sobre la trayectoria de Enrique larroy realizados por
Chus Tudelilla, comisaria de la exposición, para el catálogo La pista falsa. Diputación de Huesca, 2005]

Pintor de lejanías

Chus Tudelilla

Veo la sombra en la sustancia roja del crepúsculo.
Cierro los ojos y arden
los límites.
Antonio Gamoneda, Más allá de la sombra

Sostiene Italo Calvino que cada día es una enciclopedia, una biblioteca, un muestrario de estilos donde todo se puede mezclar continuamente y reordenar de todas las formas posibles. En los treinta y dos años que han pasado desde su primera presentación al público en 1973 hasta hoy, Enrique Larroy ha descubierto, a través de su capacidad singular para conciliar extremos y atender a lo más raro, lo que Vila-Matas ha dejado escrito, que no está claro que nuestras vidas tengan argumento, es decir, un principio y un final. Larroy desatiende la trama para concentrarse en la pintura, hasta convertirla en el único argumento capaz de dar cierta continuidad temporal a su vida misma. Y poco más. El tiempo arrastró el exceso de alegría, borró los límites y las fronteras, dejando asomar lejanías. Como Richter, Larroy no intenta en sus cuadros otra cosa que reunir, con la mayor libertad posible, y de manera viva y viable, las cosas más diversas y contradictorias. Y no paraísos..., aunque haga uso de la ironía para que el espectador de su pintura crea lo contrario; o no.

El itinerario que proponemos arranca en 1973. Un principio lejano en el tiempo que sólo es la formulación de aquel otro tiempo anterior en que Enrique Larroy decidió sin saberlo que iba a dedicarse a la pintura. Y ahí continúa. Larroy ha elegido las imágenes que ilustran la selección de reseñas críticas y comentarios que a lo largo de los años han acompañado a la presentación de sus exposiciones.

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